jueves, 5 de abril de 2007

-Encuentro-

"A las memorias que quedaron plasmadas en mi adolescencia;
a las personas que llevaré conmigo siempre"...

-Cápitulo1-



Era sábado y comenzaba a pensar en que tendría algo diferente a los anteriores. Estaba cansada de la rutina diaria y esos largos meses sin siquiera dar luces con mis amigos, tanto así que caí en el olvidar sus rostros sin siquiera importar que para ellos sería lo contrario. Me mire al espejo, me encontraba demacrada todo hacía semejar que mi juventud se había vuelto aburrida, sólo trabajo y más estudio.
De pronto trás la última taza de cáfe, suena el telefono.
-Que extraño -aclamé insatisfecha-
-Alo...
-Alo Anto ¿Cómo estai?
-Bien...Perdona lo pajarona pero con quién hablo.
-Han pasado largos meses, parece que no te acuerdas de los amigos, y de las fechas importantes.
-Importantes!! Jajaja...a cuánto estamos?, hoy es 15...Andrea.
-La media mente...te costo -asintío riendo-
-Anto te llamaba para que vinieras hoy, te acorday...cierto?
-Como no olvidarlo -respondí- Dame una hora y estoy por allá.
-Ya nos vemos; no te corras eso sí.
-Como se te ocurre -exclamé- Colgando la tan inesperada llamada.

Y así partió mi fin de semana. me dí un baño, saque de todo, trate de ponerme lo más llamativa posible, pues esperaba ser el centro de atención de medio mundo, a mi edad sin meses de carrete, era como obvio.
Subí al auto, baje en plena Copec, y aproveche de comprar el regalo "chocolate"; triste quizas repetitivo pero salvador en estos casos de última hora.

Estaba nerviosa quizas ansiosa, eran meses en que no veía a nadie, me sentiré extraña ¿quizás? bueno todo se vería allá.
Y ahi estaba, metida en la onda extraña de no hayar a nadie, de pronto entre las caras desconocidas, escucho:
-¿Qué bueno que viniste Anto?
-Andrea , perdona lo poco; jajaja.
-Estas tan linda -asintío ella- Pareces que te preparaste como si hubieses sabido.
-Saber?...saber qué - reí por segundos-
-Sorpresa...lueguito te darás cuenta.
-Andre, tú y tus locos pensamientos.

Y así y todo me quede dando vueltas en que tipo de sorpresa sería esa, de seguro una escusa para hacerme pensar que estaba cambiada.
Encendí un cigarro, junto a una piscola en mano...Era temprano, pero no veía a nadie conocido todavia, el entorno me estaba mariando, cuando decidí salir a tomar un poco de aire.
Entre tanto volteo...era él, no no y no podía ser él.
Esa era la famosa sorpresa, acaso?
Quizás estaría alucionando...Alucinado o verdad no lo quería ni pensar ..
Encendi de nuevo el cigarro, se me notaba nerviosa. De pronto al acercar era él, él el que estaba frene a mi, él quién trás largos meses no nos habíamos topado.
-Hola Anto -asintío sonriendo-
-Hola -respondí (tras darle un beso en la mejilla)
-Como estai, te ves muy bien hoy, es decir estas muy bonita.
-Gracias, si bien aquí y tú??- entre temblorosa y segura-
-Bien, contento porque nos volvemos a ver.
(Ya los nervios me arrastraban, no sabía que pensar, si era bien reenconstrarnos, o lo peor..).
-Quieres unas piscola -asentí-
-Bueno -respondio él-
Entre la estupidez de mis respuestas y sus miradas que me hacían daño. No quería otra cosas más que salir arrancando, huir de esa tonta sorpresa que la Andrea había planeado, y que me traía emociones combinadas en 5 segundos.
Quizás habían pasado años, pero los recuerdos...los recuerdos no habían pasado nunca.
Nada podía ser peor, pero ahi estuve firme y continua hablando de la vida, hasta que suena ese estupido tema ofendido por los pensamientos que me traían, pero alabado por el gran grupo que sonaba, era música Antonia sólo música.
Ese Raptame del Fin que me volvía loca, pero que trate de hacer indiferente.
-Te acuerdas -preguntó-
-Acordarme de qué?? (era como obvio era nuestro tema; ese que nos rodeo de placeres y que me desgarraba el alma al sentir su ritmo)
-No, qué quieres que recuerde? -asentí irónica-
-El tema, era nuestro...¿Bailas?
-Bailar? osea si claro (no quería, prefería salir huyendo que entregarme a sus brazos)
-Bailemos po´...deja terminar el cigarro.

Y así comenzó, de bailes lentos y más llenos de amaneceres, con la combinación perfecta de olores que se diluían en ambos cuerpos y desaparecían con el pensar anterior.
-Te ves tan linda, no sabes como esperaba este momento - bociferó-
No sabía si llorar de rabia, de pena o besarlo sin sentir nada, el amor él lo había matado y sin embargo caí de igual forma, como niña de media que le hacen ver el mundo color de rosa.
Permanecimos intensos minutos, bailando, entrelazando nuestros cuerpos, rozando los labios casí por horas, sin saber donde estaba, el tiempo había desaparecido y los ojos se me habían cegado completamente, soñaba...soñaba que eso no duraría por siempre pues ahí estábamos sin saber dónde especificamente, ahí estábamos intimidandonos uno cerca del otro.